miércoles, 22 de abril de 2009

Escapar.

Es entonces cuando estas barreras creadas contra el dolor se disuelven, cuando caen cual baraja de cartas, como un castillo de arena en la orilla de una playa.
Yo no pedí esto, yo no quise estar así, la vida me la jugó a doble o nada, y por supuesto, perdí.
Bienvenida al club de las almas rotas, donde los pensamientos rebotan en las paredes para mas tarde chocar unas con otras y no sacar nada de provecho.
Ahora que todos te dan la espalda, que analizan tu vida como si fuesen psiquiatras, que te juzgan, te gritan e intentan convertir en escombros tu vida, piensa, y piensatelo bien, ¿no sería mejor escapar?

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