martes, 22 de septiembre de 2009

Te extraño mucho.

Últimamente estás siempre en mis pensamientos.
Será que el tiempo pasa y me doy cuenta de que no estás a mi lado.
Qué necesito ahora un abrazo de esos tuyos, de esos que intentaban ser dados con fuerzas, pero ya se sabe, el tiempo no perdona, y a tus años, era casi imposible.
Pero aún así, me los dabas, y me hacías reir, y te empeñabas en que me sentara en tu rodilla cuando, en días como hoy, estaba triste y no quería salir.
Guapa.
Recuerdo, con nostalgia esos últimos meses.
Como, poco a poco, te apagabas.
Como aquel día, como ese horrible día te fuiste, y me dejaste solaa que todas las tardes, muerta de miedo, extrañándote.
Esas últimas palabras tuyas:
Vete fuera, van a pasar cosas feas aqui.
Y no, no me fui, ya sabes lo cabezota que soy.
Y sí, pasaron cosas feas, y me quedé paralizada, no sabía cómo salir fuera a decir lo inminente.
Cuántas veces me dijeron que no entrase, que quizás me escuchabas aún, y eso te pondría peor.
Pero no pude, necesitaba estar contigo, te dije que estaría contigo siempre, que nunca te dejaría sola.
Y así fue.
En el último momento estuve contigo, solas, tú y yo, como tantas tardes.
Y te fuiste, sin dar ruido alguno, sin molestar a nadie, y me dejaste ahí, con tu mano en la mía.
!No¡ quise gritar, pero no me salían las palabras.
Salí fuera y sólo supe decir:
No respira.
Todo se volvió un lío, papeles, llamadas y llantos.
Te echamos tanto de menos.
Hay días que, cuando bajo a comer, aún pregunto si te han subido la comida, y dios... se me acaba el mundo cuando me acuerdo de que ya no te veré más.
Los días siguientes te fallé, lo sé.
¿Pero de qué hubiese servido que me vistiese de negro?

domingo, 20 de septiembre de 2009

Estúpido.

Explícame qué debo hacer para luchar contra el tiempo, para luchar contra el recuerdo de una bella dama que te dejó olvidado en cualquier tren, sin billete de vuelta.
Cómo luchar con algo inexistente, con una sombra, con pequeños resquicios de melancolía que te atacan cuando la noche se vuelve oscura, y la luna se esconde tras un manto de nubes.
Ahora, que por no saber de ti, no sé ni de qué color son tus ojos hoy.
Que el silencio abrumador de la nada se lleva mis ilusiones y aspiraciones.
Ahora que no estás, y te extraño, que no eres mío, y te necesito, que mis sueños me traicionan y cuando me despierto, no estás en mi cama, me pregunto porqué apareciste en mi camino, como si fueses una broma pesada del destino.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Paridas Varias.

-Escribe algo bonito, dulce, e iluminado, nada oscuro, lúgubre ni nada de esas cosas raras que sueles escribir tú.
-Azúcar.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Indiferencia.

Él la esperó horas, y horas, bajo una lluvia inmensa sin tejado donde esconderse.
Y comprendió, que, en los últimos tiempos, no habían tenido ningún lugar dónde guardar su amor, los candados se rompieron y cualquiera pudo robarle su alma, tan de él antes, tan de ella ahora.
La libertad cobró su precio, y ella corrió bajo la tempestad de un sádico día soleado, donde no había sombra, ahora, donde esconderse.
Y comprendió, que el tiempo pasa, y esas heridas aliñadas con sal y vinagre, son sanadas por dulces besos prestados, de esos que como se sabe, son para devolver.
Él, dicen, fue feliz una noche donde por primera vez en toda la eternidad, brilló su propio sol.
Ella, aseguran, camufla su indiferencia con una sonrisa pintada en la cara, y a veces, he oído por ahí, que guarda bajo llave aquellos besos prestados que no le apetece devolver.

lunes, 14 de septiembre de 2009

De Vuelta.

Podría susurrarte al oído todo aquello que deseo hacerte.
Podría vocalizar cada palabra dándole la entonación adecuada con la que hipnotizarte.
La batalla entre mis manos y tu blusa es pan comido, y tu cuello, cariño, un blanco fácil y vulnerable.
Podría reir y gritar hasta hacerte enloquecer, en cualquier rincón, a cualquier hora.
Podría, y sabes que podría llenar esas vacías palabras tuyas, por dulces silencios hipócritas.
Podría dejar de soñar con tu boca, pero la vida, entonces,podría ser aburrida.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Tatuajes.

Perdí mi cordura en un mar de lágrimas, en el que la decepción desbordaba la orilla y el desengaño nada a su antojo.
Un lugar donde llueven notas musicales, donde los árboles no dan flores, si no hombres ahorcados por sus propios embustes.
Un sitio oscuro, infeliz, como nosotros.
En el que está prohibido reir, y mujeres cadavéricas acechan a tu espalda, donde los escalofríos van seguidos de sombras veloces que huyen a cuartillos de juguetes.
Un lugar en el que tú y yo seamos dichosos en la desdichada e insultante tenebrosidad.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Melancolía.

Siente como el dolor araña tus pupilas, como unas cuantas de horas de sueño menos se convierten en unas lágrimas de más.
Siente mi piel fría, como el hielo, y explícame como una luna llena se vió obligada al eclipse.
La vida pasa, y pesa, pero nunca tuve suficiente fuerza en los brazos como para luchar.
Tras mi ventana ya no suenan los aullidos que anunciaban tu llegada, y esque, como dijo Neruda: ¨te pareces a la palabra melancolía.¨

Triple X.

Unas últimas palabras con un gesto incoherente de dolor.
Se agota el crepúsculo, y, como quien dice, se agota también una llama que nunca debió ser encendida.
-Lo siento, no me tengas rencor.
Ya lo sabes cariño, jamás podría sentir ese sentimiento tan rastrero por ti.
-Se te hace feliz con poco.
Ya lo sé cielo, pero para mi, la felicidad nunca fue una opción.
Un café y una película cualquiera para intentar remontar los escombros de un corazón que siempre estubo en ruinas.
Y esque la desilusión, en mi vida, jamás estubo destinada al fracaso.
Un hasta luego con sabor a amargo y un beso en la mejilla con un dulce sabor a adios.