viernes, 19 de octubre de 2012

Esperanza.


Una ráfaga de desconfianza heló mi mejilla cuando hube discernido el cambio en mí misma.
¿Qué pasará si pierdo mi esencia?
¿Qué haré si todo lo que me hacía especial ya no existe?
Si con mi locura se marcha también aquella que comía con la mirada y amaba con la boca.
Meses más tarde, encontré la certeza en una frase, y el miedo por el cambio se disipó junto con aquellas dudas que llevaba grabadas en la frente.
Ya había entrado el frío de nuevo y la soledad ya no me quedaba tan grande, mi cama era perfecta para mí y mis ilusiones, pues, después de varias roturas supuestamente incorregibles de corazón, el mío volvía a latir como el de una quinceañera que conoce por primera vez el aleteo en el estómago.
No latía por nadie; latía por mí.
Preparada para afrontar sola cualquier tipo de circunstancia, apareciste en mi vida.
Si bien estamos lejos de amarnos como locos, tus palabras han hecho que cualquier resquemor, cualquier miedo insípido de mi ex mente incoherente haya desaparecido.
Me muestro ante ti tal y como soy: avergonzada, romántica, sin máscaras, con mi fuerza y con mi debilidad. Mediocre. Sin voces. Y pese a eso te has fijado en mí.
Cierto es que la locura excita, pero la cordura enamora.

sábado, 13 de octubre de 2012

Sin prisa.

No te ofendas, vida mía, si cuando vuelvas no estoy.
No te llenes de dolor ni melancolía si no encuentras mi reflejo,
si lejos de olvidarme, te sientes aún más encadenado a mí.
No te pares, no te detengas en el camino.
Aprende a ser sin mí.
Vive, vida mía, con el recuerdo de lo que fui,
con las desventuras de lo que ya no soy.
Recuerda que lo injusto sigue siendo injusto,
que la lealtad con lealtad se paga.
Que la infelicidad es un lastre que no te permite volar,
y para ti, ya va siendo hora de despegar.
Permíteme aconsejarte sobre la vida y sus desdichas,
que de decepciones me sé unas cuantas historias.
Más sumérgete de pleno en tus sueños.
Pies en el suelo, manos en alza. Descalza, despacio.
Sin prisa.

jueves, 11 de octubre de 2012

Bienvenida.


Bienvenida, hace tiempo que te estábamos esperando, te has hecho de rogar ¡eh!, pero bueno, nunca es tarde, y menos para ti.
Sí, tenemos buena música.
¡Claro, mujer! Toda la diversión que quieras, siempre de una forma sana, ya sabes.
¡Ay, no! Por eso no te preocupes, puedes quedarte todo el tiempo que quieras, es más, deberías quedarte aquí de por vida.
Bueno, hechas las presentaciones te enseñaré como funciona esto por aquí, y ya sabes, si tienes alguna duda, no te importe preguntar.
Te cuento:
Aquí, en tu parte coherente no necesitamos a nadie para ser feliz, tampoco vivimos del pasado, eso de jugar con las personas está feo, así que debes aprender a dejar de hacerlo (poco a poco, sin prisas, bueno, vale, si se lo merecen puedes seguir tu hilo de manipulación nata, tampoco te pedimos que cambies lo que realmente eres)
Esta es tu habitación; sigue tal y como la dejaste pero le hemos incorporado un par de espejos y un armario ordenado para poder adecentarte por las mañanas. Recuerda que debes seguir en tu estilo pero cuidándote y mimándote. Si no lo haces tú, nadie lo hará por ti.
En tu armario encontrarás (todo en su sitio) un par de prendas nuevas: se acabó eso de esconderte tras ropa ancha, es hora de lucirse, de sentirse guapa y sexy. Además en aquellas dos puertas está tu ropa para salir, preparada para que nunca vuelvas a ahogarte en lágrimas antes de salir. Nada de crisis de personalidad los sábados noche.
Al lado de tus nuevos dos espejos te hemos puesto un neceser con maquillaje (no mucho) pintalabios, lápiz de ojos y rímel, ¡ah! Y varias horquillas un peine y laca, ese pelo hay que sanearlo antes de volver a teñirlo. Al natural estás bonita, pero un poco de color nunca viene mal.
En tu cama te hemos puesto un par de peluches, por si alguna noche te sientes sola y quieres dormir con alguien que no te quite las sábanas de madrugada.
Así no tendrás ningún tipo de hueco ni de vacío. Es hora de sentirse llena y plena una misma.
En tu mesita de noche te hemos dejado un libro, ya sabes cual, cómo no, sigue perdiéndote en sus versos, eso sigue siendo igual de sano.
Y bueno en ese cajón de allí tienes un paquete de tabaco de emergencia, sólo de emergencia, ya es momento de abandonar vicios que no valen para nada.
Aquel cajón lleno de falsedad y malos pensamientos/recuerdos lo hemos tirado, hay que romper con el pasado y todo lo que pueda atarte o arrastrarte. No hay que tentar a la suerte.
En fin, si tienes alguna duda, tal y como te dije antes, puedes preguntar. Si no sabes dónde me he metido sólo tienes que mirarte al espejo.
Aquella veinteañera risueña de tu reflejo soy yo. Gracias por dejarme salir y mantenerme a tu lado.
Ahora ya sabes, coge la bicicleta y disfruta.

Pdt: No busques a la parte incoherente, la hemos arrojado junto con el cajón; las cosas inútiles junto con las partes inútiles de cada persona.