lunes, 30 de noviembre de 2009

Promiscuidades.

Él abandonó su abrazo y se marchó en busca de una libertad inventada a lo largo y ancho de los bares.
Ella, resignada, donó su cuerpo a una soledad adquirida sin ganas ni alegría.
Él, cansado de dormir de portal en portal, recordó el cálido sueño de amor una vez vivido y regresó a los brazos de ella, en unas sábanas compartidas.
Y, como de un mal sueño, ella despertó y lo encontró abrazado a su cintura, tiernamente dormido en su regazo.
Sonrió.
Se levantó con cuidado para no despertarle, se vistió, cogió el dinero de la mesilla y se marchó.
Y es que el amor, aunque alquilado, sigue siendo amor.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Andadas.

Ahora que vuelves a mi vida, otra vez, y me desmoronas de nuevo.
Que mis lágrimas se quedan en mi garganta durante todo el día, y, cuando llega la noche, vuelvo, como dice la canción, a las andadas.
No es justo, ¿pero quién soy yo para hablar de justicia?
Vuelven los dolores de cabeza sin sentido y un dolor punzante en el pecho, ese dolor que tan bien me conozco ya, y no puedo, no quiero.
Tú y siempre tú.
Yo,y nunca yo.
Perdida por algún rincón de tu egoísta corazón, buscando perdida una salida.
Una marioneta en tus manos es lo que soy.
Tienes la varita mágica con la que hacerme llorar de alegría o de decepción, y claro está que no eliges la primera.
Y todas esas preguntas que te hice, como ya dije anteriormente, se me clavan retóricas en mi garganta, y no digo nada.
Me quedo sola, yo sola y mi silencio aliñado con desencanto, yo sola y sin esperanza alguna donde agarrarme.
Como una simple baraja de naipes, eres tú el viento que me obliga a caer.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Andrea.

Érase una vez, y así empezó la historia de una princesa en el mundo de las pesadillas.
Su castillo, gigantesco, con alaridos en la noche y sombras en cada esquina.
Ella, que brillaba con luz propia, iluminando así cada resquicio de tenebrosidad que le imponía su alrededor.
Una historia de angustia y soledad prestada, dónde de un sólo puzzle existían varios tipos de piezas, y ninguna encajaban a la perfección.
Un día subió a su torre, se quitó su vestido rosa, su corona,se despeinó el pelo y se vistió con una camiseta ancha, que le llegaba por las rodillas.
Salió al mundo, y sonrió.
Y las tierras de las pesadillas, se convirtieron en luz de estrella, humo de tabaco, y música rock.
Corrió, saltó, y gritó su nombre al viento, el mismo que repetía cuán eco, su significado: Valentía.
Éste, no es un cuento como todos aquellos que te contaron de pequeña,no es una historia de amor, sino de superación, de perfeccionismo humano.
No hay frases cargadas de ilusión y cariño, pero sí llenas de ironías y dobles sentidos.
No hay corceles, ni príncipes rescatadores, pero, ¿quién necesita héroes teniendo vodka?

lunes, 2 de noviembre de 2009

Abolición.

Intentabas levantarte y seguir luchando, pero tus fuerzas, como quien dice, brillaban por su ausencia.
Tus débiles cuatro patas no pudieron sostener tus más de quinientos kilos, y, decepcionado, agachaste la cabeza y gritaste sin palabras una muerte rápida para alejar ese infierno.
Notabas la sangre brotando de tu lomo herido, y un dolor punzante con sabor a hierro atormentaba tus sentidos.
¿No esta una lucha cuerpo a cuerpo?
La valentía del torero es sinónimo de crueldad.
¿No os da verguenza, españoles, que el asesinato esté considerado fiesta nacional?