sábado, 29 de enero de 2011

Lamentable.

Para todas esas compañeras de batalla que luchan contra la misoginia de los hombres:
-¿Cuántos años tienes?
-Diecisiete.
-¿Y con diecisiete años estás encadenada a un hombre?
-Le quiero.
-¿Es acaso esa excusa para estar subordinada a él?

No, claro que no.
Queridas compañeras, que no amigas, todas aquellas que estáis bajo las redes de un hombre que hace tiempo que dejó de ser aquel que os enamoró, os pregunto, ¿merece la pena?
¿Merece la pena desperdiciar los mejores años de vuestra vida por alguien que seguramente no os llegará ni a la suela de los zapatos?
El género femenino tiene muchas desventajas respecto a los hombres, sí, eso es un hecho, seamos realistas, pero ya se acabaron los tiempos en los que éramos el ¨sexo débil¨ , ahora las ventajas abundan, ¿ no es cierto que somos nosotras las que podemos elegir estar con el hombre que queramos?
Tenemos la opción de elegir, la opción de jugar en casa y ganar.
Y tú, con diecisiete primaveras acatas las órdenes de un dictador, besas el suelo por donde pisa y hasta aceptas sus golpes. ¿ No te da vergüenza?
Huye, se libre, ríe, baila, bebe, folla.
¿ O es que sólo ese cretino tiene derecho a tocar tu suave piel?
Sigue amando cada insulto que te suelta, sigue perdonando sus golpes, sigue creyéndolo cuando venga a pedirte clemencia.
De mientras, tus mismas antepasadas se estarán revolviéndose en sus tumbas.
Cuando abras los ojos, muñequita rota, te darás cuenta de que el tiempo no vuelve atrás y que el tiempo que perdiste no lo recuperarás jamás.
Después de tantos años de lucha contra la represión masculina, vas tú y te encadenas a la pata de su cama como si fueses una perra. Puedes traerle las zapatillas con la boca, quizás te de una galletita.
Qué triste.

miércoles, 19 de enero de 2011

Relojes.

El mundo sigue girando por más que tú te pares. Por más que quieras que el tiempo se congele, éste sigue derritiendo las horas.
!Qué frustrante¡
A veces deseas que tu vida sea una obra de teatro, y que cuando caiga el telón tengas algo nuevo, otro papel.
Pero entre acto y acto no hay descanso en tu vida, y, Cariño, no estás sacada del Show de Truman.
Las balas no son de fogueo, y no puedes repetir tu diálogo si te has confundido o te has saltado dos palabras.
Por más que seas títere en manos de un supuesto gobierno democrático, no controlas tu vida.
Sigue girando en el sentido contrario de las agujas del reloj, algún día, cuando caiga tu telón te darás cuenta de que es demasiado tarde.

miércoles, 12 de enero de 2011

Ese arte llamado Literatura:

Lléname de vida, haz perder mi tiempo.
Inunda mi cabeza con sueños eternos,
de vidas lejanas, sin alas ni dueño.
Estrofas que quieren romper el momento.

Ocupa mi alma, invádeme de suerte.
Déjame pasear por las mil noches de Oriente.
Oblígame a amarte, permíteme quererte.
Eres tú, poesía, Literatura latente.

lunes, 10 de enero de 2011

Ego, me, mei, mihi.

Lo mejor de mi vida son tus manos en las mías, tu piel suave al mediodía, tus ojos naufragantes en mi ombligo.
Tu sonrisa entristecita y tu entrecejo fruncido.
Lo mejor de mí, son las crónicas de tus pesadillas, la esperanza de tu horizonte, tu saliva mezclada con la mía.
Lo mejor de mí, son mis sueños sobre tu persona, mi espera, mis ilusiones expandidas en tu pecho.
Lo mejor de mí, es tu libertad, tu fácil vuelo, tu lejanía.
Tu de mil colores pelo, tus desbordantes manías, tu rareza con atisbos de belleza.
Lo mejor de mí, son tus mil y una noches de defectos, tus menos veinte virtudes.
Tu odio hacia un mundo indiferente, tus amaneceres infinitos, tu café negro amargado con misantropía.
Lo mejor de mí, es el reflejo de mi alma en el espejo.

viernes, 7 de enero de 2011

Querida Reina de lo absurdo.

No hace tanto de aquella niña boba, aquella que se dejaba amedrentar por el caos de la inocencia.
Aún recuerdo sus lágrimas y sus noches en vela, sus súplicas y sus sollozos pidiendo clemencia. Es ahí cuando me estremezco.
Cómo no hacerlo, si vuelven a mi mente pensamientos oscuros después de tantos años.
Todavía sigo exigiéndole explicaciones a mi almohada, escribiendo en papel los sueños frustrados de una escritora fracasada.
Mil disculpas a aquella niña de hace cinco años, la que se propuso cambiar cada domingo, he de reconocer, pequeña, que seguimos siendo la misma, aún espero un sábado, ya sabes, ahora para prometerme algo necesito una copa y aquí solo me dejan salir el sexto día.
Espero no haberte defraudado demasiado, mi niña, pero la vida en el sur no me deja otra opción.
Sigue creciendo y escribiendo tus desvaríos.
Espero tu respuesta.

jueves, 6 de enero de 2011

Encuentrate.

Hace tiempo que te buscas en tu pelo, en tus orejas, en tus pechos, en tu cintura...y nunca te hayas, qué triste.
Esta tierra empieza a estar enfangada, y estas aguas, las que te vieron crecer, no están en calma.
Te buscaste siempre en los problemas de los demás, en aquella estrella fugaz que encontró en aquel pesebre nada excepto miseria.
Tu carta de Reyes Magos se resumió siempre en una sola palabra: Felicidad.
Pero este año ni siquiera la escribiste, vaya, últimamente estás más republicana que de costumbre.
Píntale una sonrisa al mundo y sal a la vida, enfréntate a la mediocridad, prohíbele el paso a la ingenuidad. Odia a las personas, que te de asco la humanidad.
Escribe en letras bonitas palabras obscenas, destroza tus muelles, sal de esta ciudad.
Escúchate, escúchalos, el problema no son ellos, el problema eres tú.

lunes, 3 de enero de 2011

Dudas.

Hay veces que la vida, lejos de sentirse malvada o pueril, te obliga a elegir.
Dos opciones como mínimo, y sólo una será la correcta, es absurdo negar que de tarde en tarde creemos acertadas las erróneas y con el paso del tiempo nos damos cuenta de nuestra fatídica decisión.
¿Quién le abrió la puerta a la melancolía?
¿Quién dejó a la indiferencia meterse en mi cama?
¿Acaso la misantropía desea ponerme entre la espada y la pared este enero?
Hablemos de injusticias.
Quitémosle el polvo a la desesperanza, volvamos a pegarle alas a la libertad.
Es hora de ser cobarde, de dejar de dar la cara, de esconder en palabras rebuscadas todo aquello que no ha de salir a la luz.
Comparte tus días, olvida tus noches, busca la soledad en cada amanecer, desayuna sólo si es con diamantes, y vuela al caer la tarde.
La vida, lejos, otra vez, de sentirse malvada o pueril te obliga a elegir:
¿Dulce, monótona y mediocre estabilidad, o desenfrenada, insegura e impredecible libertad?