Podría escribir lo mucho que me va a doler tu partida, pero no puedo.
Me debato entre una tristeza obligada y una indiferencia que cada vez se apodera más de mi.
¿Qué puedo hacer?
No fuiste buen padre, y ni siquiera fuiste el abuelo que yo quería que fueses para mi.
Siempre con mentiras y falsedades.
Podría fundirme en tus ojos celestes y morirme de pena al saber que nunca más escucharé tu risa, pero ya no siento nada.
Viviste como quisiste y como pudiste, nunca llegué a conocerte como persona, nunca supe tu historia, pero tus actos hacen que pueda juzgarte y hacen que no sienta lástima.
Ibas a por mi a la escuela y, como siempre me recuerdas, una vez te pregunté:
-¿Abuelo, por qué a todos los niños van a recogerles sus padres y a por mi siempre vienes tú?
A ti se te cayó el alma al suelo, y se te quedó allí por lo que veo, dado que si sabías el por qué de esa pregunta nunca te esforzaste para ser un padre para mi.
Aunque eso de ser padre, nunca se te dio demasiado bien, por lo menos con Mamá.
¿Debo sentir tristeza porque tu vida se agota?
¿Acaso debo sentir culpa porque no estoy ahí para ti?
Por lo menos te dedico estas letras, que ya es mucho más de lo que me diste tú a mi.
Cuando esto pase, te echaré de menos, por supuesto, no quiero que te vayas de nuestro lado, sé la falta que le haces a ella, el amor ciego que siente por ti no tiene nombre.
Pero si a ella le dueles tú, a mi me duele ella.
El desprecio que cometiste hacia su persona te pasa factura ahora.
Los remordimientos deben taladrarte la cabeza, y el único consuelo que me queda de todo esto, es que, al final de tu vida, te des cuenta de los errores que cometiste e intentes solventarlos, por lo menos, qué menos, pedir disculpas.
Te di un voto de confianza, jurándome a mi misma que tú no eras culpable de nada, que si hubieses dado con una esposa en condiciones, con una mujer buena persona, hubieses sido distinto, hubieses sido para mi padre, abuelo y amigo, pero eso ya no importa, y aunque estoy aquí para ti, pase lo que pase, quiero que quede claro que no lo hago por ti, si no por Mamá.
Espero que para tu siguiente vida aprendas que quien vive solo, muere solo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario