Vuelven las lágrimas mojando mi almohada.
Noches en vela pensando, intentando estar callada.
Vuelven las voces que presagian un trágico final, que me gritan que soy nada, y que no quedan fuerzas para luchar.
Sonrisas grandiosas, y ojos entristecidos, hay algo que no cuadra.
Sueños que se escapan.
Un futuro borroso.
Un pasado siniestro.
Un presente desdichado.
Presión en el pecho y algo contra el asma en una mano.
Basta...
Mil motivos para huir, ninguno, supongo para quedarte.
Como dijo uno de los grandes...
¿Quién me ha robado el mes de abril?
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