sábado, 23 de mayo de 2009

Cosas que Pasan.

Cosas que pasan.
Tocan el timbre, y noto temblar mis rodillas.
Un escalofrio recorre mi cuerpo cuando te veo entrar.
Esto es raro, tú no encajas ahora en mi cuarto, y sentado en mi cama no pareces real.
Ya no te espero por las tardes para cosas buenas.
No eres tú el que deshace mi cama ahora. Ni yo la que rie mientras juego con tu pelo.
Fui yo quien dijo basta, y renuncié a tantas cosas por esa ansiada libertad.
Fuiste tú quien dijo volver a intentar y hacerme descubrir un mundo nuevo.
Ahora, dices, te vas para no molestar, y soy yo quien quiere hablar contigo de cualquier cosa, para que no te vallas.
Ya sabes, inestabilidad.
Y te vas, como siempre, esta vez no soy yo la que cierra la puerta.
Besas a otros labios, y me alegro de que seas feliz, por supuesto, ya era tu hora.
Y yo, como sabes, también bese muchos sapos y jugué a ser la princesa infeliz dentro de un decorado en el que, ahora era yo, la que no encajaba.
Intenté amar, y volver a sentir lo que sentía cuando besabas mi cuello.
No dio resultado, me doy cuenta ahora.
Todas mis palabras están guardadas en un cajón, ya sabes, el que antes era nuestro, detrás de una estantería pintada con permanente con una fecha de un invierno y letras llenas de ilusiones.
Esperaba algo más de esta tarde, una charla, unas risas y por qué no, un beso, o dos, o tres...
Es esta estúpida sensación de soledad que tengo hoy, necesito saber que aún se amar a alguien, saber que alguien me importa, sentir un beso, una caricia.
Al igual que mis camisetas, mi cama me queda grande.

1 comentario:

  1. Una preciosidad de texto, como siempre, precioso aunque terriblemente nostálgico. Lástima que, como dice Pedro Salinas, vivir, desde el principio es separarse y lo más seguro es el adiós. Una pena, sobre todo, que la realidad no coincida con todo lo que esperamos. Espero, ya lo sabes, que tengas toda la suerte del mundo, porque vales muy mucho la pena. Besitos.

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