viernes, 18 de diciembre de 2009

Noches.

Siempre, siempre vuelves en las noches de luna creciente, esas noches que me asomo a la ventana, y dejo volar mi imaginación.
Esas noches que maldigo por no haberme ido de fiesta, o no haber comprado tabaco por la mañana.
Aquellas noches, de tantas, que te extraño.
Una de esas, como ayer, que me dejé querer, por otro que no eras tú, que no era ese tu olor, ni esas tus manos, aquellas que algún día fueron mías.
Entre unas sábanas que no me eran conocidas, dije un par de palabras descuidadas, para un destinatario, que no era mi compañero de juegos.
Y te extrañé mientras lo amaba a él.
En una noche, donde la soledad era parte de mi ser, en la que decidí evadirme, mientras me ayudaban a desnudarme.
A la mañana siguiente, él no eras tú, y seguía sin tener algún cigarrillo que fumar.
Me vestí, él estaba despierto, me preguntó si me llevaba a algún sitio, pera era absurdo, tú no me estarías esperando en ninguna parte.
Dulce idiotez, lo sé, él lo sabe, pero en noches como esta, en la que sigo asomada a la ventada, él vuelve para darle un descanso a mi mente, y hacerte desaparecer de mi cabeza aunque solo sea un segundo.

1 comentario:

  1. ai niña qque cosa más linda, tia escribes super bien, es una pasada =D me encanta ^^

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