Ahora sé que formas parte de mí porque te noto dentro, te llevo en mi ser como a mi sangre, y fluyes desde mi corazón hasta llegar a mis manos. Dejas de ser un gusto y te transformas pasión.
Pienso en ti al amanecer y cuando el Sol se esconde.
Tienes la sal, la plata, la luz ¡la magia! que necesitaba para revelar mi vida.
Fragmentos de sueño plasmados en película.
Despierto y ahí estás tú, dejas de ser enemiga y te vuelves aliada de la Literatura, trabajando codo con codo. Cabéis, ya lo dije, ambas en mis manos, caben pues, Goethe, Neruda y Antoine de Saint-Exupéry, Madoz, Sherman y García Alix en mi alma.
Dos artes ahora hermanas, compañeras de frustraciones y días nublados.
Fieles musas que se encuentran escribiendo versos con una exposición adecuada, fotografiando las paradojas y las antítesis de una esclava de lo mundano.
Una mujer basada en tinta y en carrete.
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