domingo, 27 de marzo de 2011

Vicios.

A veces las viejas costumbres son las mejores, como esa canción que dura diecisiete minutos y no puedes parar de escuchar, como poner tu reproductor de música en orden aleatorio, como salir a la terraza en toalla y dejarte secar al aire libre mientras un vecino salido babea por ti.
Como oler los libros viejos, o reírte de ti misma y de los demás, como el sexo, la masturbación, la pornografía, las mujeres provocadoras, como los diamantes en un anillo.
A veces las viejas costumbres son las mejores: blasfemar, llorar, bailar, beber, fumar.
Todas esas viejas costumbres que se convierten hoy en pequeños placeres de la vida, viejas costumbres o no tan viejas, como tu pelo, tus manos, tu espalda, tu cuerpo desnudo a mi lado, tu boca, tus dientes, tus caricias, tu sonrisa.
Mi nueva costumbre, tú, conviértete en mi nuevo placer vital, permíteme seducirte, prohíbeme negarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario