lunes, 28 de junio de 2010

Pies.

Hoy apareciste en mi mente.
Llegué cansada, me dolían los pies y quise pensar un remedio para hacer que me dejasen de arder, entonces te vi.
Vi tu figura curvada mientras metias tus pies en un barreño azul con agua y sal.
Ahí te quedabas un largo rato y más tarde te secabas los pies con una toalla blanca, desgastada, lenta y cuidadosamente.
Te recordé un largo rato, pidiendo al cielo que tu imagen no desapareciera de mi mente, que te quedases ahí dándome esa fuerza que a veces en mi flaquea. Pero te desvaneciste ante mis ojos y no pude evitar emocionarme.
Te echo mucho de menos, todos te echamos mucho de menos.
Para mi fuiste, eres, una compañera de camino.
En cierto modo, todos los días hay algo que me recuerda a ti, y recuerdo tus manos suaves, tu piel arrugada por culpa de los años, tu mirada cansada y aún así hermosa.
Tus sabios consejos, abuela, siempre me guiarán.
No te alejes de mi lado, ayúdame a elegir el camino correcto, a levantarme cuando me caiga.

1 comentario:

  1. Busca tu estrella de cinco puntas, niña. Te hace falta. Mientras tanto, aqui estoy. :)

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