miércoles, 4 de noviembre de 2009

Andrea.

Érase una vez, y así empezó la historia de una princesa en el mundo de las pesadillas.
Su castillo, gigantesco, con alaridos en la noche y sombras en cada esquina.
Ella, que brillaba con luz propia, iluminando así cada resquicio de tenebrosidad que le imponía su alrededor.
Una historia de angustia y soledad prestada, dónde de un sólo puzzle existían varios tipos de piezas, y ninguna encajaban a la perfección.
Un día subió a su torre, se quitó su vestido rosa, su corona,se despeinó el pelo y se vistió con una camiseta ancha, que le llegaba por las rodillas.
Salió al mundo, y sonrió.
Y las tierras de las pesadillas, se convirtieron en luz de estrella, humo de tabaco, y música rock.
Corrió, saltó, y gritó su nombre al viento, el mismo que repetía cuán eco, su significado: Valentía.
Éste, no es un cuento como todos aquellos que te contaron de pequeña,no es una historia de amor, sino de superación, de perfeccionismo humano.
No hay frases cargadas de ilusión y cariño, pero sí llenas de ironías y dobles sentidos.
No hay corceles, ni príncipes rescatadores, pero, ¿quién necesita héroes teniendo vodka?

1 comentario:

  1. OOOOOOOHHHHH DIOSSSSSS MI CUENTOOOOOO!!!! (A LA MIERDA LA ORTOGRAFIAAAA) TEE ADORO!! xD Es precioso, niña!! Me encantaaa!!
    Te quieroo!! ^^

    PD: ya no va la niña a por agua la fuente...
    AHORA VA A POR VODKA Y LE PEGA FUERTEEEE!!!

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