Tras el tibio presentimiento que indicaba que algo grande me esperaría ahí fuera, hay ahora una certeza:
Equivocaba la forma, pues esperaba quizás reconocimiento en la Fotografía, un apasionado y loco amor, un boleto de lotería premiado...Una vida de película.
Pasar de una novela de terror a una comedia romántica con final feliz.
Pero hoy por hoy ya sé qué es aquello grande que me espera.
Me ha esperado pacientemente durante casi veintiún años, sentada tranquilamente, riéndose a carcajadas cada vez que me veía preocupada por cualquier minucia insignificante que en el momento me parecía un mundo, porque sólo ella sabía qué iba a pasar después.
Y ahora, es después.
Nada grande me esperaba ahí fuera. Lo grande que me espera lo tengo dentro.
Yo soy lo mejor que podría pasarme en la vida.
Nadie mejor que uno mismo para reconocer su propio mérito en cualquier campo que nos haga babear como padres primerizos.
Nadie mejor que yo, para amarme de una manera loca y apasionada.
Nada mejor que sentirse autosuficiente y realizada ante un presente que quizás parezca enorme, tan fácil como ceñirse a la vida, al momento y a la alegría.
Lo que tengo dentro es sólo mío, y suertuda será la persona con la que lo comparta.
La música, la poesía, el arte me rodea y me incita a vivir.
Lo más grande que te puede pasar es amar cada segundo de tu vida y demostrarlo.
Si quieres gritar, grita, si quieres reír a carcajadas se lo más ruidoso que puedas.
¿Quién quiere personas grises y encasilladas pudiendo vestirte de colores y salir a demostrar tu felicidad?
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