sábado, 9 de marzo de 2013

Sin título.

No quería escribir nada por miedo a que no fuese algo único, algo que fuese sólo para ti, y es que, después de varias decepciones y ¨enamoramientos¨ no me quedan nuevos recursos con lo que deleitarte, con los que señalar todo lo que me gusta de ti, algo original y sincero que no suene a copia barata de relaciones baratas.
Pero, mi vida, he entendido algo, y es que, tú eres único, y todo lo que pueda escribir o sentir no será ni la sombra de lo que un día expresé.
Eres, como ya sabes, mi hueco en la almohada de lunes a jueves; mi sonrisa infinita los viernes.
Mi piel morena y espalda tatuada, la naturalidad en estado puro, la risa estridente que alegra mis tardes, el compromiso basado en tinta y sangre.
Estoy enamorada de esas manos pequeñas que acarician mi cara cuando me haces el amor y, en un suspiro me susurras un te amo en el oído.
Amo tu preocupación y tu ímpetu, esa seriedad que derribo con sólo una mirada.
Te quiero, como jamás en mi vida quise a nadie, de una forma tan pura que asusta.
Te quiero donde termina mi ombligo y empiezan tus manos.

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