El insomnio me devora, me consume poco a poco mientras ruedo por mi lecho.
Me abrazo a un hueco onírico, a un vacío que me cala.
Tú y tu ausencia ahora, y no antes.
Te tiñes de indiferencia, y yo, mientras, sumida en mi propio paralelismo te recuerdo lejano, tibio, candente.
Este silencio bombardea mi alma. En esta guerra, como en todas, salimos, ¡ambos! perdedores.
Yo, en ruinas, en escombros, en piedra y ladrillo derrumbado.
Esta casa sin inquilino, desvaría, huye, se esconde.
Esta cama sin compañero no acepta realidades, se camufla entre mentiras y soledades.
Aquella bailarina perdió a aquel soldado que, lejos de ser de plomo, era más bien de paja; así volaba a donde los vientos le llevasen y se pudría cuando las aguas lo mojaban.
Aguas de llantos, ahora sin dueño.
Y me aferré ¡qué remedio! a un bolígrafo y a un papel con la tenue esperanza de que se encuentren en mis palabras motivos, razones, rumores, (ganas), para hacerme dormir profundamente tras un beso de buenas noches, llevándose así, un año, 365 días de soledades y huecos oníricos en la almohada.
viernes, 21 de septiembre de 2012
miércoles, 5 de septiembre de 2012
Artes II
Ahora sé que formas parte de mí porque te noto dentro, te llevo en mi ser como a mi sangre, y fluyes desde mi corazón hasta llegar a mis manos. Dejas de ser un gusto y te transformas pasión.
Pienso en ti al amanecer y cuando el Sol se esconde.
Tienes la sal, la plata, la luz ¡la magia! que necesitaba para revelar mi vida.
Fragmentos de sueño plasmados en película.
Despierto y ahí estás tú, dejas de ser enemiga y te vuelves aliada de la Literatura, trabajando codo con codo. Cabéis, ya lo dije, ambas en mis manos, caben pues, Goethe, Neruda y Antoine de Saint-Exupéry, Madoz, Sherman y García Alix en mi alma.
Dos artes ahora hermanas, compañeras de frustraciones y días nublados.
Fieles musas que se encuentran escribiendo versos con una exposición adecuada, fotografiando las paradojas y las antítesis de una esclava de lo mundano.
Una mujer basada en tinta y en carrete.
Pienso en ti al amanecer y cuando el Sol se esconde.
Tienes la sal, la plata, la luz ¡la magia! que necesitaba para revelar mi vida.
Fragmentos de sueño plasmados en película.
Despierto y ahí estás tú, dejas de ser enemiga y te vuelves aliada de la Literatura, trabajando codo con codo. Cabéis, ya lo dije, ambas en mis manos, caben pues, Goethe, Neruda y Antoine de Saint-Exupéry, Madoz, Sherman y García Alix en mi alma.
Dos artes ahora hermanas, compañeras de frustraciones y días nublados.
Fieles musas que se encuentran escribiendo versos con una exposición adecuada, fotografiando las paradojas y las antítesis de una esclava de lo mundano.
Una mujer basada en tinta y en carrete.
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