-Oh bella dama, la hermosura de Beatriz, la de Dante, queda sumamente pequeña a su lado. Ofrézcame sólo una mirada y valdrá la pena arriesgar mi vida, aquella que ahora le pertenece.
Es usted un ángel, los artistas renacentistas jamás soñaron con poder si quiera imaginar sus ojos. Su cara de niña y cuerpo de mujer puede hacer ver al más ciego. Si usted me concediese sólo una noche para poder trepar por su balcón y ser su Romeo, no habrá nada ni nadie que provoque en usted el menor miedo, pues ya me encuentro a sus pies para defender su honra con mi lanza y mi vida.
Si pasa el tiempo y usted cree menester abrirme su corazón ¡oh dios santo! Me haría usted el ser más afortunado en toda la tierra.
Si me permitiese usted amarla, cara a cara, cuerpo a cuerpo, le haría ver lo maravilloso que puede ser el mundo cuando son compartidos sus frutos.
Permítame, Donna Angelicata, mostrarle las puertas del Paraíso entre sus sábanas.
Prometo señora mía, ofrecerle seguridad y cariño más allá de la eternidad.
-Puede retirarse, caballero, no necesito ni lanzas ni héroes rescatadores ni trovadores. Se follar, defenderme y divertirme sola.
Pero ¿qué cojones? ._.
ResponderEliminar