Dama oscura que llamas a mi puerta, a la fría Fiammeta de Boccaccio te asemenjas.
Dañas mi alma con tus dudas, transformas mis súplicas en sátira clemencia.
Numerosas veces pedí tu marcha, mas el deseo de poseerte me envuelve y enloquece.
Vuelve a mi en la cruel noche y adivina en mi mirada las ansias de quererte.
me gusta como suenan éstas palabras, me gusta el blog y vagando lo encontré, si gustas puedes pasar por el mio...saludos!
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