jueves, 19 de febrero de 2009

Dias sin viento.

Y en esta habitación,
con olor a depresión,
hundo mis pensamientos en mis venas
y respiro humillación.
Aunque tras mi ventada brilla el sol,
no hay viento que mueva el tiempo
que marca mi reloj.
Todo relumbra,
la felicidad se extiende,
se deja ver tras el horizonte,
de tus ojos verdes.



No me convence, pero una gran amiga me acaba de decir que de todas maneras a mi nunca me convence nada.

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