Ya no hay cuentos de hadas, y el color rosa se tornó oscuro, lúgubre.
Las princesas se agrupan en aquelarres, y los principes azules se convierten en lobos encadenados al oir full metal.
Se agotaron los besos y las caricias, para dar paso a mordiscos y arañazos.
Dos razas unidas por la pasión.
Adoro el sabor de tu sangre en mi boca y como escardas mi piel con tus uñas.
Las palabras de amor se convierten en aullidos a una luna ausente y los ojos de enamorados se vuelven blancos al llegar a la cima.
No hay castillos encantados para unos seres impuros como nosotros, cielo, conformate con una cabaña en medio de la nada que podamos destruir con un sólo empujón.
Unos litros unos cigarros y un amanecer para volver a nuestra forma humana.
Buen Viaje.